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Sangre por la Amazonia.

La lucha por la defensa del medio ambiente, es una lucha que ha sobrepasado la cuestión de la soberanía, de lo meramente local y empieza a cobrar una dimensión de sobrevivencia para toda la humanidad.

En atención al Tratado de Libre Comercio firmado entre Perú y Estados Unidos, el gobierno peruano se apresta a modificar su ordenamiento jurídico para la implementación del acuerdo.

Entre las normas modificadas esta una que abre a la comercialización privada –especialmente de las transnacionales- la explotación de los recursos naturales de la Amazonía, medida a la que los pueblos indígenas se han opuesto con firmeza, realizando movilizaciones, cierres de ruta y denuncia permanente de este atentado contra la tierra.


El viernes cinco de junio las fuerzas del orden atacaron uno de los cierres de ruta y el resultado preliminar arroja decenas de muertos, un número indeterminado de heridos de bala, detenidos y desaparecidos.  El presidente Allan García ha declarado que los indígenas no son ciudadanos de primera clase, que no pueden reclamar nada al resto de los peruanos.

¿Qué hubiese pasado si este incidente se da en Venezuela o Bolivia, en circunstancias iguales donde el evidente responsable es el Estado y su jefe de gobierno? 

¿Dónde está la denuncia permanente y lacerante de los medios de comunicación del mundo libre?  

¿Se pedirán sanciones contra el gobierno peruano por la violación de los Derechos Humanos?

¿Vargas Llosa retará a un debate a Allan García para que se esclarezca este crimen?

En coyunturas como esta, lo más alarmante es constatar la facilidad con la que brota el racismo más rancio de nuestras oligarquías y parte de la clase media rémora, que se siente más europea o anglosajona que americana (América: de Alaska a Tierra del Fuego).

Vivimos en un sistema económico y político que tiene como único objetivo, la máxima ganancia, lucro y superficialidad; poco o nada importan los derechos de los pueblos y de la humanidad a la tierra y a una vida digna.



Publicado en “La Estrella de Panamá”, el 13 de junio de 2009.

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