No pensé escribir sobre esta fecha, ¿qué puedo decir sobre el Halloween? Pero frente al cuestionamiento de una muchachita hermosa, algunas ideas dispersas fueron tomando forma.
De mi infancia no recuerdo nada relacionado a esta festividad, que llego a los Estados Unidos a mediados del siglo XIX, llevada por emigrantes europeos. En mis tiempos, finales de los ’80 del siglo XX, no se acostumbraba llevar a los niños disfrazados –al menos no en escuelas oficiales- y por lo tanto, mis recuerdos tienen más que ver con la Marsellesa (Escuela República de Francia) y el béisbol.
Los niños de hoy, y quizás muchos chavales menores de 22 años, están más emparentados con los almacenes repletos de disfraces o los disfraces portados por borrachos, dos situaciones que abundan ese día.
Sobre el origen de Halloween he encontrado lo siguiente, por cortesía de Wikipedia: “La historia del Halloween se remonta a hace más de 2.500 años, cuando el año celta terminaba al final del verano, precisamente el día 31 de octubre de nuestro calendario. El ganado era llevado de los prados a los establos para el invierno. Ese último día, se suponía que los espíritus podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar. Para evitarlo, los poblados celtas ensuciaban las casas y las "decoraban" con huesos, calaveras y demás cosas desagradables, de forma que los muertos pasaran de largo asustados. De ahí viene la tradición de decorar con motivos siniestros las casas en la actual víspera de todos los santos y también los disfraces. Es así pues una fiesta asociada a la venida de los dioses paganos a la vida.”
En la época del Imperio Romano el latín fue llevado a todos los rincones del mundo conocido en esa época, de igual forma, en el período del Imperio Español, el catolicismo y el castellano fueron llevados a pólvora y espada por todo el mundo, junto a muchísimas de sus costumbres.
Esos son hechos históricos aceptados y si podemos reconocer eso, ¿Por qué no podemos reconocer que fiestas como Halloween han sido implantadas en nuestros países por el Imperio Estadounidense? Parece que es más fácil decir que es la “globalización” (¿no es lo mismo?) o simple y llanamente no cuestionarse nada y gozar la fiesta como un celta más.
Nuestras celebraciones, adornan el estante de lo desconocido, nuestra historia es agujero negro en la conciencia nacional y la memoria histórica de un panameño promedio, no llega más allá de las últimas elecciones (eso explica como metemos el pie en la trampa una y otra vez).
Pero si me hace caso, no vaya a ponerse fundamentalista, cuando los niños aparezcan en su puerta y digan "trick or treat", no vaya a salirles con un discurso sobre lo importante que son nuestros valores.
Si no queremos ser totalmente asimilados, quedando como una masa poblacional sin identidad, debemos cultivar, enseñar, y profundizar en los contenidos de nuestra cultura como pueblo, más allá del típico folklore.
Si no, seremos un pueblo sin rostro ni rumbo, cubierto de mascaras y confites, pasaremos ebrios e inadvertidos en medio de la historia.
Publicado en “Kaos en la Red”, el 30 de octubre de 2007
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