Te veo en mis huellas
y en mis pálidos pies del futuro
te veo en el atardecer de la adolescencia
y en la última puerta sorpresiva
estas en los muros de mis prisiones mentales
en mis paraísos físicos
y en las orillas de la cordura
por ti corrí a veces
algunos metros en tierras de zafados
creí que el sol no saldría
y que un frío de calaveras vivas
cerraría la puerta de las sonrisas mutuas.
Muchas cosas creí
mientras luna y sol devoraban los días
ninguna tristeza
ninguna alegría nos fue ajena
y aprendiste a amarme
armado de herramientas
como aprendí a amarte
con tu indiferencia calculada
vestida de seguridades y sitios comunes.
Esos son los sones queridos
de nuestro presente itinerante
abrazados en el rincón que construyen
las rugosidades somnolientas
somos un tiempo de tormentas
fugaces y violentas
somos una ventana con vista
a zapatitos juguetones.
y en mis pálidos pies del futuro
te veo en el atardecer de la adolescencia
y en la última puerta sorpresiva
estas en los muros de mis prisiones mentales
en mis paraísos físicos
y en las orillas de la cordura
por ti corrí a veces
algunos metros en tierras de zafados
creí que el sol no saldría
y que un frío de calaveras vivas
cerraría la puerta de las sonrisas mutuas.
Muchas cosas creí
mientras luna y sol devoraban los días
ninguna tristeza
ninguna alegría nos fue ajena
y aprendiste a amarme
armado de herramientas
como aprendí a amarte
con tu indiferencia calculada
vestida de seguridades y sitios comunes.
Esos son los sones queridos
de nuestro presente itinerante
abrazados en el rincón que construyen
las rugosidades somnolientas
somos un tiempo de tormentas
fugaces y violentas
somos una ventana con vista
a zapatitos juguetones.
-Luis Calvo Rodríguez, del poemario "Fuegos de barrio y arado", ganador del Concurso Gustavo Batista Cedeño 2011.
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