Ir al contenido principal

Sueños y Realidad.

cordonLa palabra soñar puede tener múltiples acepciones, desde ejercicio involuntario que realiza la mente mientras dormimos, hasta la acción consciente de desear o imaginar objetos o situaciones que aún no tenemos a nuestro alcance, incluso esas aspiraciones pueden extenderse al deseo de situaciones cuya culminación son poco probables o imposibles.

El sueño es importante para la vida humana, en la medida que sostenga la condición de posible de una acción que es negada en lo inmediato por las visiones positivistas. Muchos avances tecnológicos y sociales han sido posibles gracias a la terquedad soñadora de grupos de personas, que creyeron en la posibilidad de algo que entonces era negado por las mayorías.

Pero esa denominada terquedad en la posibilidad de los sueños, debe ir acompañada de un estudio de la realidad concreta, soñar con los pies en la tierra, sino, se está condenado al fracaso y la frustración. Es como la distinción que hizo Ingenieros en “El hombre mediocre”, cuando diferenció al idealista romántico del idealista estoico.

La ideología dominante promueve a las masas el idealismo romántico, que es esencialmente individualista; estimula soñar con la felicidad al mejor estilo de los cuentos de hadas, todos pueden ser príncipes buscando rescatar princesas, todas pueden ser princesas esperando un salvador, ambos persiguiendo un momento prometido en la vida llamado felicidad permanente.

En el marco de la promoción de los sueños y los ideales, según los criterios de la burguesía, ambas categorías se restringen a lo estrictamente individual, al círculo de amigos y familiares del individuo; aunque también se ven casos en que se promueven sueños colectivos, pero estos nacen sin ningún análisis que le permita lograr la transición de sueño a realidad concreta, no van a la raíz del problema.

El idealismo filosófico proclama que las ideas son las que generan la realidad material, lo que vemos; mientras que el materialismo filosófico declara que la realidad concreta en que vive un ser humano o una sociedad, junto a su acumulado histórico social, son los que determinan que ideas producirá ese ser humano o esa colectividad.

Los sueños que se promueven desde los sectores hegemónicos, son filosóficamente idealistas pues declaran que el punto de partida es la idea, por eso vemos tantas buenas intenciones actuar y actuar sin que el problema de fondo sea transformado.

Escribir sobre los sueños con influencia del idealismo romántico, es muy popular, muy reconocido en la estética comercial literaria actual, como si se tratase de la novela de las ocho; pero los cambios de fondo, como conquistar una vida comunitaria diferente a la actual, sólo se alcanzará cuando los análisis que conduzcan a los sueños, partan de la realidad concreta, sin miedo de verla de frente, reconociendo que vivimos en una sociedad tremendamente injusta, cruel, individualista y depredadora.

Publicado en “La Estrella de Panamá”, el 16 de diciembre de 2009.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Príncipe en Panamá.

“ Mi propósito es presentar las cosas como son en realidad y no como las cree el vulgo. Hay quienes ven en su imaginación repúblicas y principados como jamás existieron en la realidad” . En estos términos Nicolás Maquiavelo busca justificar el porqué de la cruda dureza de su libro cumbre, “El Príncipe” , un texto estigmatizado por aquellos estudiosos de la política y la filosofía oficial, que encontraron y encuentran en sus postulados, una verdad incomoda respecto a cómo realmente funcionan los Estados. Maquiavelo (1469-1527), quien fuese Secretario de la República Florentina en Italia, dirige y dedica su obra a Lorenzo de Médicis, por entonces gobernante de Florencia, por lo tanto, “El Príncipe” , no es una obra dirigida al público en general, sino que se trata de un libro de consejos de cómo un político debe conquistar y conservar el poder.

Carta: Epitafio inconcluso.

Miércoles 18 de julio. El arroyuelo susurra recuerdos esta noche, llueve en la montaña y su caudal agrandado lo hace más ruidoso. La piedra donde solías sentarte por horas en silencio, está cubierta por una corriente que parece capaz de arrastrar cualquier cosa, menos de borrar una suma de heridas sin sentido.

De la cuna a la tumba

Miedo a sacar la cabeza por la ventana a llorar valientemente a sonreír con toda la fuerza de los pulmones a las balas y las serpientes miedo a los ruidos que acechan en la noche y al prójimo que lo origina a la cárcel infernal o a los purgatorios hospitales miedo a que la verdad te empuje al ostracismo a los perros ajenos a los burócratas cara dura a los disciplinados gendarmes miedo al noticiero estelar y su permanente música alarmante al aumento de la canasta básica o al de cualquier cosa al cambio o al status quo a los ríos y al fuego a los vivos y a los muertos miedo, mucho miedo desde la cuna a la tumba como para caminar siempre de puntillas. - Luis Calvo Rodríguez , del poemario  "Fuegos de barrio y arado" , Ganador del Concurso Gustavo Batista Cedeño 2011.